
¿Cuándo hay que preocuparse por una grieta?
Quizá haya ocurrido en tu hogar, aunque lo deseable es que no. En Trabajos Verticales somos especialistas en reparación de fachadas. Por eso, somos conscientes que una grieta puede llegar a convertirse en una amenaza para la seguridad de todos los vecinos. Ahora bien, ¿cuándo debemos empezar a preocuparnos? Vamos a aprovechar este post para tratar de ofrecerte algo de información que pueda resultarte de utilidad.
En primer lugar, tienes que saber que las grietas son, junto con las humedades, la patología más habitual que puede afectar a un edificio. Estas pueden calificarse, según las Inspecciones Técnicas de Edificios, en leves, importantes, graves o muy graves.
Para poder llevar a cabo esta calificación, no tenemos que dejarnos llevar por el tamaño de la grieta, sino que es preciso evaluar si realmente supone un peligro para el inmueble. Es decir, si afecta a un elemento estructural, será considerada como importante, grave o muy grave. En casos extremos, como expertos en reparación de fachadas, podemos contarte que se puede llegar a declarar un edificio como “no apto para vivir”.
En el caso contrario, si la grieta no afecta al sistema estructural, puede deberse a dos motivos: es el resultado de un comportamiento incorrecto de la estructura sobre los elementos o bien ha aparecido por la actuación de agentes externos al propio inmueble.
Tienes que saber también que, además de por su tamaño, las grietas pueden clasificarse por distintas características. Lo cierto es que los tipos de grietas son incontables.
En este sentido, resulta muy importante saber diferenciar lo que es una grieta de una fisura. Esta última puede llegar a ser incluso más grave que la propia grieta, siempre dependiendo de dónde se encuentre.
Además, otro factor que hay que vigilar y que permite diagnosticar la peligrosidad de cualquier situación es el factor tiempo. Así, una fisura o grieta que no aumenta su tamaño durante años, no debe ser considerada preocupante. Sin embargo, si una pequeña fisura se va convirtiendo en grieta en poco tiempo, indica que esa patología está viva y que, por lo tanto, es necesario evaluarla por parte de verdaderos especialistas.
Para terminar, como expertos en la reparación de fachadas, nos gustaría dejar claro que no es lo mismo una grieta que una junta de dilatación. Estas últimas son una especie de grieta artificial para evitar que la dilatación de los materiales termine por deteriorar una fachada.